lunes, 29 de agosto de 2016


ZAPATOS



Sé sentó en el suelo, frente al armario destripado con las puertas abiertas de par en par. Ante ella, zapatos y más zapatos de distintas formas y colores. Cada uno de ellos una época y cada época una página de su diario, testigos mudos de haber vivido, amado, sufrido...

Su mano temblorosa cogió un par al azar. Los acaricio con nostalgia; le llegó la imagen de su primer beso furtivo en la puerta del colegio; torpe y rápido.

Desplegó una bolsa de basura y los introdujo en su interior. Levantó la vista: sandalias de verano —pensó, vacaciones en Roma—; no se entretuvo los metió en la bolsa.

Zapatillas de deporte sin cordones. Acampada, noche estrellada, caricias a escondidas, besos entre las sombras. También fueron a la bolsa.

Sandalias de tacón ancho. Escuela de baile; mi primer tango, suspiro. —el primer amante, sonrió—. No se salvaron, igual que los demás fueron a la bolsa y así llenó una bolsa y otras muchas más; hasta que el armario quedo vacío y en su mano un par de zapatos: ni finos ni anchos; ni bonitos ni feos.

Sólo eran suaves y cómodos, pensó entonces: con estos seguiré el camino. 




8 comentarios:

  1. Muy bueno Concha. Enhorabuena. Espero seguir leyendo tus publicaciones

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  2. Muy bueno Concha. Enhorabuena. Espero seguir leyendo tus publicaciones

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  3. Que suerte poder leer tus relatos Concha. Ojalá muchos lectores puedan disfrutarlos también.

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  4. Que suerte poder leer tus relatos Concha. Ojalá muchos lectores puedan disfrutarlos también.

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  5. Es un lujo poder leerte y tenerte como amiga. Ni se te ocurra dejarlo

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  6. Es un lujo poder leerte y tenerte como amiga. Ni se te ocurra dejarlo

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  7. Ya pude leerlo ,fantastico,Concha sigue escribiendo y te seguiremos

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  8. Ya pude leerlo ,fantastico,Concha sigue escribiendo y te seguiremos

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