viernes, 12 de agosto de 2016


                                LA MUSICA DEL CORAZON

Bajo las aspas lentas del ventilador, los ojos entornados, la respiración tenue y el cuerpo desnudo cubierto por una fina sábana. Así la encontró al entrar en la habitación,.

Había sido una larga noche de verano, con ese calor sofocante de  agosto que hace resbalar pegajosas gotas de sudor por la piel.

Se detuvo ante ella, tomándose su tiempo para observarla en silencio. La miró con la mirada furtiva del qué mira por primera vez y, creyendo presentir la muerte merodeando cerca del dormitorio, cerró la puerta y las ventanas para que no se le pudiera adelantar.

Se tumbó junto a ella y con lentamente fue tirando de la sábana que cubría la cicatriz de su pecho, besó sus labios, rozándolos con suavidad, se abrazó a ella y le susurro en el oído cuanto la quería.

Ella escuchó los latidos del corazón de él, sintió el calor de su cuerpo pegado al suyo y la dulzura del roce de su mano sobre la cicatriz. Entonces supo que había ganado la batalla.





                                

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